El lado oscuro de la Fuerza Roja

En los últimos días, ha salido a la luz pública el tremendo negocio que se ha montado en relación con los permisos que se le dieron a los porteadores, los cuales quedaron en poder de unos pocos, que lucran inmisericordemente con ellos.
Sin embargo, existen una serie grande de irregularidades con las placas de los taxis formales y que nadie hace nada por resolver, aunque algunas ya han sido denunciadas.
Venta del Placas:
Algunos de los beneficiarios originales, anuncian la venta de placas, con todo y el vehículo incluido. Algunos las compran sin darse cuenta que son un servicio público que no puede ser traspasado por lo que el comprador es estafado. En el momento en que tenga que hacer alguna gestión con su placa supuestamente comprada, se dará cuenta que depende en todo del concesionario original.
Alquiler por medio de cuotas:
Las concesiones de placas fueron dadas para que las trabajen las personas que recibieron la concesión y no para que lucren con el trabajo de otro. Sin embargo, esto no es así. En el mejor de los casos, lo trabajan un turno y el resto de la jornada la alquilan a cambio de una cuota que puede variar entre los doce mil y veinte mil colones diarios, más combustible y lavado del taxi. En diciembre, si el concesionario de la placa es buena gente, le regala uno o dos días de cuota a su empleado por concepto de aguinaldo. Si no , pues lo le da absolutamente nada.
Esta forma de trabajar es completamente ilegal. El Ministerio de Trabajo tiene establecido el salario mínimo para chofer de taxi, por tanto si el concesionario debe contratar a alguien que le maneje el taxi debe ser como empleado y no con el sistema de cuotas que no está contemplado en ley alguna. Lógicamente el contratarle como empleado, incluye que le pague las cuotas de la seguridad social, lo que nunca se hace. Por eso usted encontrará choferes de taxi de avanzada edad, que tendrán que trabajar hasta que mueran porque no tienen derecho a pensión alguna.
Las tristemente célebres cuotas tienen como ventaja para el dueño de la concesión, que siempre va a obtener utilidades, aunque quien realmente trabaja el taxi, al final de la jornada se quede con sumas ridículas para subsistir o tenga incluso que pedir prestado el monto de la cuota para pagarlo a su patrón, ya que si no lo hace lo dejan sin trabajar al día siguiente.
Por eso, causa indignación ver a más de un taxista formal quejándose contra los piratas. Muchos son concesionarios de placa que a veces ni siquiera han tocado un taxi en su vida pero que reciben diariamente hasta cuarenta mil colones por unidad, por no hacer absolutamente nada. Mientras, los que realmente realizaron el trabajo, se van hundiendo cada día más en la miseria, gracias a le explotación de los concesionarios.
Quiere alguien investigar este asunto?