Hemos leído la noticia de que la Municipalidad de San José, planea este año construir un nuevo bulevar en San José. Este se extendería desde la Avenida Segunda hasta la catorce y sería diseñado en honor de la cultura china.
Para que no se nos tache de negativos, estamos de acuerdo en que la ciudad de San José, aunque tarde, debe ser salvada de la ruina en que ha caído.
Pero en lo que nunca podemos estar de acuerdo, es con la cultura del parche que se ha entronizado en nuestro país, para solucionar los problemas.
Veamos lo que ha sido de los otros bulevares ya construidos. A pesar de que a nivel internacional, Costa Rica se llena la boca con la protección a la propiedad intelectual, en todo en centro de la capital, usted puede conseguir la película que se está estrenando en carteleras y música para todos los gustos eso si debidamente pirateada. También alimentos empacados vencidos y repostería preparada en centros de contaminación. La respuesta que ha dado la Policía Municipal, ha sido totalmente infructuosa. Se ha montado un juego del gato y el ratón del cual usted puede disfrutar durante la jornada laboral de esta policía. Porque una vez que ésta termina, los vendedores pueden usufructuar a sus anchas, de las construcciones pagadas con los impuestos de todos.
Lo más grave es que esta mercancía no es de los vendedores. Ellos son víctimas de una economía neoliberal, en la cual tienen que perseguir migajas para poder subsistir. Toda esa mercadería es de unos cuantos grandes, que piratean o importan toda esta mercadería. O sea, se hacen millonarios infringiendo la ley y explotando a los demás.
Hace ya varios meses el Alcalde de San José, dijo que tenían conocimiento de que había unos cuantos peces gordos dedicados a esta actividad ilegal. Entonces, si en realidad quieren terminar con ella, es hora de que las autoridades actúen contra los tiburones y dejen de perseguir olominas por las calles de San José.
Si bien es cierto los bulevares han traído crecimiento a los negocios y locales que los rodean, esto no se ha extendido al resto de la capital. A pocos metros de estas grandes obras de inversión pública, la peligrosidad y el abandono ha aumentado. Grupos de mal llamados indigentes (porque en realidad son delincuentes), esperan a la par de algún semáforo, que pase algún vehículo, para cobrarle derecho de peaje al conductor, cobrando hasta mil colones, para no derramar ácido sobre la pintura de su automóvil o bien en un descuido, sacarle del auto las cosas de valor que lleva.
No creemos que este estado de inseguridad sea el ambiente más propicio para el repoblamiento de San José.
El caos vehicular:
Si usted atraviesa San José, en las horas de restricción vehicular , verá a los inspectores de tránsito, en varios retenes, confeccionando los partes a los infractores. Pero son ciegos ante otras infracciones que son más graves ya que contribuyen más al caos vehicular. Vehículos que se aparcan donde les da la gana, cerrando todo un carril en las angostas calles, o lo que ya se ha convertido en una costumbre. Uno o más buses de Tibás y líneas aledañas, cerrando totalmente el paso en la Avenida 7. Además, debido a que los taxistas han tomado como propias casi todas las paradas de buses de San José, los buses tienen que dejar su pasaje atravesados en la vía pública, no solo contribuyendo al caos, sino poniendo en peligro la vida de los trabajadores. Para ejemplo, la parada de buses de Torre Mercedes y la de la Caja Costarricense de Seguro Social.
Por tanto, creemos que ya es hora de sacar los buses de San José y de obligar a los concesionarios a construir terminales para que dejen de usar las estrechas calles, para su negocio de transporte público.
También la Municipalidad está en deuda con la construcción de infraestructura vial. No es cierto que la Carretera a Caldera, sea la obra que más ha durado en realizarse. Es la Avenida Segunda. Se inició en 1955 y todavía no se ha concluido, por lo que al final se produce un embotellamiento al convertirse una avenida de cuatro carriles en solo dos.
Se gana bien poco, con que la Avenida San Martín tenga cuatro carriles a su inicio, si luego se convierte en una vía de dos carriles. Los inmuebles que rodean esta avenida, en su mayoría están en abandono o son sumamente viejos, por lo que se debería pensar en expropiarlos, para una futura ampliación de esta avenida a cuatro carriles.
La falta de seguridad:
Para poder sacar los buses del casco urbana, urge que se de seguridad a los usuarios. Esto debe ser a toda hora, no solamente en el horario de trabajo de la Policía Municipal. Cuando se cerró la avenida cuatro para la construcción de un bulevar, lo que se hizo fue mandar las paradas de buses, a una de las zonas más peligrosas de San José, sin garantizar seguridad a los usuarios.
Conclusión:
En conclusión, nada ganamos con seguir cerrando calles en San José, para atraer un hipotético turismo que generalmente es asaltado y queda sin ganas de volver a visitar la capital. San José, según dice el Alcalde Araya, es el Mall más grande del país y el que tiene los precios más bajos, en lo que coincidimos. Pero, por qué mucha gente lo evita? Por los problemas de transporte y por el alto grado de inseguridad de sus calles.
Mientras no se logre que la Policía de Tránsito combata los verdaderos problemas de la capital, que la Municipalidad de San José y el Ministerio de Seguridad Pública, en forma coordinada terminen con los focos de delincuencia y mientras que los buses no sean sacados de la capital, estas nuevas inversiones, solamente contribuirán a agravar más los problemas ya existentes.
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