LA DIGNA ACTITUD DE MARIA LUISA AVILA

Cita don Álvaro Madrigal, en su columna De Cal y Arena, publicada en el Diario La República, una conversación sostenida entre don José Figueres Ferrer y varias figuras reaccionarias de Costa Rica. La conversación se lleva a cabo poco después de los hechos bélicos de 1948. Dijo Figueres

 

Aún con el eco de los últimos disparos flotando en el aire, llegaron a visitarme representantes del periódico La Nación, es decir de los intereses conservadores y reaccionarios del país, don Ricardo Castro Beeche, Lic. Francisco Jiménez, don Fernando Lara Bustamante y don Sergio Carballo, que ya partieron de este mundo. Llegaban a saludar al soldado victorioso. Entonces, envuelta en frases equívocas y sibilinas, me hicieron una propuesta que en el fondo era muy simple, que se eliminaran las Garantías Sociales, el Código de Trabajo y el Seguro Social. Llegaron a decirme, sin ambages, que en nuestra propaganda de guerra hubiéramos estado mintiendo en cuanto al mantenimiento de las llamadas conquistas sociales, pero que ahora, ganada la guerra, deberíamos tener en cuenta que la guerra se había hecho para eliminar todas esas leyes sociales. Las fuerzas que ellos representaban, me darían todo el apoyo que podía suministrar el gran capital y la prensa, para que me quedara con la Presidencia de la República, desconociendo la elección de don Otilio Ulate. Con firmeza rechacé  como antipatrióticas las proposiciones que me  hacían, como si  fuera un politiquero dominado por la lascivia del poder.

Esta cita la hace don Álvaro, precisamente al inicio de un comentario sobre la situación que atraviesa la Caja Costarricense de Seguro Social y la consideramos muy oportuno. Porque la lucha por privar a los trabajadores de sus derechos, aún perdura, lo único que han cambiado son los métodos, ahora mas sofisticados  aunque no menos sucios.

En ese momento los representantes de la burguesía nacional trataron de convencer a Figueres de que terminara con las garantías sociales, para de esa forma abaratar los costos de producción, aunque fuera a costa de la salud de los ciudadanos. Pero, el revolucionario Figueres les resultó güero.

Hoy, bastantes años después sus sucesores quieren terminar con la seguridad social, no solamente porque esto significaría un abaratamiento de los costos de sus empresas, sino porque la salud se ha convertido en un negocio de unos cuantos. Por eso, los gobiernos neoliberales se han encargado de destruir la Caja, por medio de la evasión de las cargas sociales y el debilitamiento de sus estructuras, lamentablemente, en algunos casos, con la complicidad de sus propios empleados.

Afortunadamente, así como en 1948, Figueres se opuso a los intereses bastardos de los poderosos, ayer con su renuncia la Ministra de Salud María Luisa Ávila, demostró, que aunque son especie en vías de extinción, aún quedan funcionarios públicos que prefieren renunciar a sus puestos, antes que plegarse a medidas cuestionables, aunque provengan de la Presidencia de la República.

La idea de doña María Luisa de intervenir la Caja, consideramos que es la más acertada. Era efectuar una cirugía mayor a una enferma que a los setenta años de su fundación se encuentra carcomida por el cáncer de la corrupción y de la ineficiencia.

Sus problemas no son solamente financieros. El sistema de salud costarricense debe de ser reestructurado, para que brinde un servicio humano y oportuno. Programar intervenciones quirúrgicas a personas que necesitan atención inmediata para entre cinco años, no creemos que sea un problema financiero.

El que la Ministra Ávila no se haya plegado a tapar los graves problemas sanitarios de los quirófanos del Hospital San Juan de Dios, sino que haya ordenado el cierre de estos cucaracheros, no nos parece tampoco que sea un problema de finanzas.

Pero al final, lamentablemente se impuso la tesis de la señora Presidenta de la República. La creación de una comisión nombrada por la propia Caja y con ex directivos de la misma institución

En un país donde se nombran comisiones para resolver todos los problemas y que al final no se resuelve ninguno, la creación de esta Comisión totalmente sesgada a favor de los intereses de los directivos de la Caja, nos parece buscar una solución pasajera, que no evitará que la Caja se siga destruyendo. Bueno, al final parece que eso es lo que se busca. Se equilibrarán las finanzas de la institución para terminar el año y los problemas internos continuarán, hasta que los tumores tratados con aspirina la aniquilen.

Por eso nos parece valiente y franca la actitud de doña María Luisa. Según se rumora ya ella había manifestado en forma privada que le daba vergüenza pertenecer a este Gobierno. Creemos que tiene razón. Veamos por qué.

En la misma conferencia de prensa, la señora Presidenta de la República hizo un elogio a la ineptitud de su ex canciller René Castro, al que removió a otro Ministerio. No por inepto, no por haber entregado cobardemente el país a los intereses de Daniel Ortega y del mercenario Pastora, no por haber llenado la Cancillería de paga banderas, sino porque sus grandes dotes debían ser aprovechados en otro Ministerio.

Esta forma que ha tomado la Presidenta Chinchilla de enaltecer y premiar a los ineptos que no han dado la talla en su gobierno y buscarles otros puestos, le debe dar vergüenza a cualquiera que tenga un poco de dignidad. Por eso doña María Luisa hizo muy bien en irse.

Muchas veces hemos dicho que Abel Pacheco ha sido el Presidente más inepto en toda la historia del país. Estas actitudes de doña Laura Chinchilla, nos dan la impresión que en el 2014, vamos a tener que comernos nuestras palabras.